Compartimos con ustedes la carta de un compañero que nos envió por mail. Vos también nos podés enviar algo que deses publicar, a surestada1@gmail.com

"Es propio de las bestias amenazar a los débiles y temer a los poderosos"

Nichiren Daishonin

Es habitual para nosotros, ver personas que abusan de su poder y de su autoridad para intimidar y perseguir a los que actúan en forma justa y correcta. Estas personas son, para nosotros, los coordinadores y superiores de Sur. Nos demuestran diariamente la naturaleza vil de la arrogancia, en cuyo corazón yace la cobardía. Los superiores deberían usar sus conocimientos y su posición para servir a sus subordinados; eso sería lo justo. Es un privilegio estar en un rango más alto. Le da la oportunidad a la persona, de velar por el bienestar y la tranquilidad de aquellos que están bajo su mando. Un superior debe estar constantemente pendiente de las necesidades y dificultades de sus subordinados, y accionar junto con ellos para asegurar que no les falte nada y para que exista justicia, protección y armonía en el trabajo. Lamentablemente, nuestros coordinadores y superiores, no aprovechan esta gran oportunidad de generar felicidad y beneficio para ellos y los demás, sino que se comportan como animales, intentando intimadarnos para asegurar sus interes personales. Cuando no logran hacernos retroceder en nuestra postura, recurren a artimañas y engaños para difamarnos y hacernos parecen personas incorrectas. Con mentiras, recurren a sus superiores, los adulan e intentan ganarse sus favores, para que tomen medidas contra nosotros.Nos nos dejemos vencer por este tipo de personas. No dudemos y mantengamos nuestra postura con firmeza. Si realmente estamos actuando en forma justa y correcta, no tenemos nada que temer. Nuestros superiores son personas cobardes, que superponen sus interes económicos, a nuestro salud y a nuestro bienestar. Uno puede ver el miedo y el desprecio en sus ojos, cuando se sienten incapaces de vencer nuestro coraje y nuestra decisión de defender nuestros derechos. Nunca dudemos a la hora de enfrentarlos. Mantengamos diálogos sinceros y claros, y no permitamos la injusticia de ninguna forma. No esperemos a que otros se sumen a nosotros para accionar, seamos los primeros en ponernos de pie para luchar, aunque estemos solos. Tomemos la iniciativa como valerosos líderes, y mostremos con nuestro ejemplo, como vencer a las funciones negativas que buscan opacar la dignidad de nuestra vida. Depende de nosotros cambiar la realidad del lugar en el que estamos.Mucho más productivo que insultar por lo bajo a nuestros supervisores, es intentar abrir sus corazones con palabras de aliento. No nos mantengamos distantes de ellos, ni los tratemos con indiferencia y desprecio. Vayamos directamente a encontrarnos con ellos, con palabras cálidas. Dialoguemos con sinceridad y démosle nuestro apoyo para que relicen cambios profundos en sus vidas. Asumamos personalmente la responsabilidad de evitar que se siga propagando el enojo, la codicia y la estupidez en nuestro trabajo. Utilicemos nuestra capacidad al máximo, para eliminar los sufrimientos de nuestros compañeros y superiores. Estos actos de bien, serán los únicos recuerdos que nos quedarán de nuestro paso en este mundo.
Coraje para accionar con determinación.
Sabiduría para hacer lo mejor para todos.
Compasión para comprender los sufrimientos.
Compromiso para luchar por nuestra infinita dignidad.
Alegría para sembrar la felicidad, allí donde estemos.